Iré dejando por aquí, a modo de autorecordatorio, las impresiones que ha despertado en mí la enésima lecturas de los tebeos de Asterix. A modo de pinceladas, sin mucho regalarle a las letras un arte que Dios, digo, Tutatis, no me dio. Por supuesto, no tiraré del copia pega, para eso buscáis en google que este tema está más que trillado.
1959-1961
ASTERIX EL GALO
En primer lugar destaca el dibujo, mucho más tosco si lo comparamos con lo que llegaría a ser este universo de galos y romanos. Sin los colores que llegarían a ser identificativos de cada uno de los personajes, incluso notamos que sus personalidades no son las de los siguientes tebeos. Destacar que es Obelix, quien no participa en el rescate del Druida, el que se muestra cabal, mientras que Asterix, además de astuto, algo que se repite varias veces en el texto, demuestra ser un personaje más humano, alejado del ideal que llegaría a ser. Destacar, por poner un simple ejemplo, su actitud con el mercader de bueyes, de quién pensará que es "tonto de solemnidad", algo que jamás haría el futuro Asterix, noble y casi santurrón.
Asterix se nos presenta como el héroe, el papel de Obelix es anecdótico y apenas interviene en la trama.
Panoramix no cuenta aún con los rasgos bondadosos que llegaría a tener, siendo más activo que en las historias que estarían por llegar. En la página 8 conocemos su casa, una oscura cueva que nos ofrece algunas de las pocas viñetas en dónde podemos ver un claro predominio de las sombras, algo que tampoco será habitual posteriormente.
Ya nos presentan el primer momento clásico, una de esas repeticiones que tan buen resultado darían en la serie, el recordatorio de que Obelix se cayó en la marmita de la poción cuando era un bebé.
Como título fundacional de la serie presenta la poción como algo novedosos para los romanos.
Asuracenturix, el bardo, tiene un papel algo diferente al que terminaría ocupando, en esta ocasión sí puede llegar a tocar, ocurre en la página 19, donde ameniza un baile en el que su música no parece molestar a nadie.
Esautomatix aparece fugazmente en la página 15, su aspecto no será el que todos conocemos, no emplea las herramientas de herrero, si no las manos, detalle que cambiaría, gracias a Belenos, en los siguientes títulos.
En la página 18 tenemos otra escena clásica, la preparación de la poción con todo el pueblo alrededor de la marmita.
La página 35 nos muestra una historia curiosa, al parecer la plancha de esta página se perdió y sería redibujada por Marcel Uderzo, hermano de Albert Uderzo, buscad por google que lo explican muy bien en varias webs.
Aparece por primera vez Julio César (página 47) él será parte de un final que promete futuras aventuras (vaya si no las habrá). En la última página reaparece un Obelix, repito que su papel en esta historia ha sido muy, muy secundario. La última viñeta será otro de los momentos asegurados en cada álbum, la cena del pueblo (sólo varones en este caso), eso sí, aún no vemos al bardo atado y amordazado para que no amargue la velada, sin duda es un germen de lo que más tarde hemos llamado "cuñado".
Para acabar os dejo dos portadas, la griega y la turca, dos muestras de las numerosas traducciones que han tenido todas las entregas de Asterix y Obelix. La fantasía turca me ha recordado a esos carteles de cine imposibles de ciertos países del este y de otros rincones del mundo. En fin, hasta Asterix y los Godos.